lunes, 18 de julio de 2016

Andorra Ultra Trail Vallnord

Celestrail  16/07/2016


Uff,
Impresionante carrera, muy dura, preciosa, corredora y al mismo tiempo vertical.


La Celestrail empieza en Ordino a las 00:00 del sábado, lo que tiene un atractivo especial y al mismo tiempo un trastorno del sueño a tener muy en cuenta.

En la salida como ya es habitual, caras conocidas, nos saludamos hacemos fotos y dejamos que pase el tiempo lo más rápido posible.


La salida dentro de ser tranquila es ligera puesto que la primera media hora transcurre en una subida muy llevadera hasta el pueblo de LLorts, donde de repente cruzamos la carretera y empieza la primera subida que te anuncia realmente donde te has metido, cuando miras el reloj y ves que llevas 1:30 y que no has hecho otra cosa que subir es cuando lo sabes.
Hemos salido casi 500 corredores y después de 1:30 estoy corriendo solo por mitad de las montañas de Andorra sin saber muy bien donde, es ese arte que tengo para estar en tierra de nadie, el grupo de cabeza se va rápido y a mí no me sigue nadie, menos mal que el trazado está muy bien marcado.
Cogemos una senda preciosa de bajada rápida y algo técnica si vas deprisa con saltos de raíces piedras toboganes de tierra que te puedes dejar deslizar de pié y pequeños ríos y pequeñas cascadas que cruzan y que en ocasiones nos toca mojarnos los pies para pasar, pronto se acaba lo divertido y al mirar hacia arriba te acojonas, las luces de mis predecesores en la carrera deben estar subiendo al cielo, la noche está oscura y se adivina un zig-zag de luces rojas que ascienden hasta perderse a lo lejos.
A las 2:30 estoy en el Pla de l’Estany después de una subida dura pero llevadera llego al primer avituallamiento, a oscuras veo que hay que subir unos 100mts por mitad de una especie de falsa llanura llena de fango y agua y pregunto  ¿agua no hay en este avituallamiento? No te acabaras la fuente. Me contesta un voluntario.
Lleno mis botellas y empiezo a bajar, de repente se me acaban las pilas en el frontal, se me baja la luz al mínimo y no me da ni para ver el camino, es demasiado pronto para poner las de recambio, hago cálculos y si me duran lo mismo que estas a las 5:00 de la mañana estaré sin luz de nuevo,  decido bajar como pueda, me cogen dos corredores y me meto en medio de ellos, con las luces que llevan ellos bajo todo el tramo que puedo con varios tropezones incluidos pero puedo salir airoso aunque la bajada era bastante rápida por una pista llena de piedras que la recuerdo como la más fea de la Celes (será que no veía nada, j aja ja).
Al llegar a un cruce a la derecha, de repente ¡SORPRESA! Tengo a mi familia esperándome en plena noche a las 3:00 de la madrugada en mitad de la montaña, ¡Que pasada!
Aprovecho a parar con ellos y cambiar las pilas al frontal, un beso, un abrazo, muchos ánimos y para arriba.
Cruzo un rio que cruza el camino y aquello se empieza a poner serio de nuevo, al poco y aún no tengo muy claro porque, mi cabeza o mi cuerpo o los dos a la vez dicen que no tienen ganas de subir y empieza una guerra interna que me hace bajar el ritmo y hasta plantearme dejar la carrera, la subida me lleva al Refugi de Comapedrosa.
Intento comer más tranquilamente, beber, hablar con otros corredores y buscar motivación, salgo del Refugio y la cosa sigue hacia arriba, mis ánimos se desploman, no puedo subir. Con mucha calma y dejando pasar a mucha gente sigo subiendo hasta que no sé muy bien cuanto rato después corono y por fin empiezo a descender, la senda es de las que me gustan, con resbalones cambios de ritmo, con rumbo pero sin trazado específico, pero Noooooo!!!! Otra vez noooo!!!! Se me acaban las pilas, saco una mini linterna que llevo en un bolsillo y bajo dando traspiés hasta una pista donde me encuentro a mi primo Dani que no se ha ido a dormir para darme ánimos, me lanzo por una ladera donde nos indican que no hay camino y donde todos bajamos como podemos incluidos los que llevan luz, en la ladera hay surcos en la hierba y vamos adivinando las marcas de balizado por el reflectante que llevan. ¡Lo que faltaba!, tropiezo y me caigo sobre unas ortigas, me arden las piernas pero es lo que hay, en media hora se hará de día y me quitaré el problema de la luz de encima.

Lo único que me queda es disfrutar de esta panorámica nocturna espectacular que solo los afortunados que estamos aquí podemos ver.


Llego al Coll de la Botella, Dani me espera y le digo mi intención de retirarme.
-Algún día tenía que llegar mi primera retirada en una carrera
Y me contesta,- ¿y tenías que venir hasta Andorra para retirarte conmigo?


Son las 6:00 y se está haciendo de día, como lo poco que me apetece, lleno los bidones de agua y empiezo una bajada interminable por senderos preciosos pero muy rotos durante 13kms, de nuevo me lo paso bien y lo disfruto, adelanto a corredores y me vengo un poco arriba y así hasta que llego a Escaldes.
Estoy en el km45 no me apetece seguir y me queda la mitad, tengo claro que va a ser un calvario, pero esta vez lo tengo que hacer por mi primo que no desfallece en los ánimos.
20 minutos de recarga en Prat Gran y salgo para comerme una subida de 5kms eterna en la que me voy durmiendo sin remedio, mi cuerpo ha dicho basta y la cabeza en esta ocasión no puede convencerlo, de lado a lado la subo, me pasan varios corredores y me preguntan si voy bien por los bandazos que pego, pero adelanto a dos que van peor que yo y es curioso pero eso me anima. Por fin caigo en una senda que me dejo caer hasta llegar a una pista ancha muy buena para pasear pero pestosa para un Ultra, además que se me sale de contexto estar corriendo algo que me parece durísimo mientras unos abueletes disfrutan de las vistas y me pregunto que como han llegado aquí con tacones incluidos.
La pista desemboca en una carretera y el avituallamiento de Pardines en el km56, me siento un poco y sigo pensando que no es mi día, me castigo una y otra vez psicológicamente por no retirarme y para no pensar me levanto y echo a correr para intentar dejar de pensar.
Todo el siguiente trayecto es guapísimo para encontrarte fuerte y con ganas de correr, un sendero lleno de toboganes que no se acaba nunca y que te lo puede hacer pasar brutal, pero no es el caso, solo pienso en encontrar de nuevo a la familia y darles la mala noticia. Por fin y dos horas después de no poder con mi alma allí está de nuevo toda mi afición, me esperan con una pancarta gigante, ¿uff y ahora qué?

Mi siesta

Solo se me ocurre decirles que necesito dormir y que me voy a tumbar 10 minutos bajo un pino a dormir, consigo desconectar unos minutos, me levanto, el sol está empezando a pegar de lo lindo, me pongo un pañuelo en la cabeza, la visera, los manguitos blancos y sin pensar de nuevo me veo subiendo otra cuesta con mis fans incondicionales corriendo conmigo.
Todavía quedan 4kms para el siguiente avituallamiento me como una barrita y empiezo a intentar subir el ritmo pero mi cuerpo cansado de hace horas o quizás de hace meses no quiere, observo que mis pulsaciones no suben y que aunque esté subiendo e intentando forzar de 115pp. no consigo subirlas. Pues calma y poco a poco, me dedico a observarme y a escuchar más que nunca a mi cuerpo, (no sea que me dé alguna sorpresa inesperada).

Gracias Dani por tu pasión.
Casi a las 16:00 horas de carrera llego al avituallamiento y decido dormir de nuevo, me busco una sombra y duermo 10 minutos, mientras descanso oigo a corredores decir que es imposible que no pueden seguir y no sé de donde saco fuerzas para levantarme y seguir, me queda un pequeño collado que se me hace enorme y seguidamente de nuevo mi afición me está esperando para darme el último empujón,

No hay opción, ahora ya hay que acabar, 
el gran temido Coll Arenes está delante de mí, muy despacio y subiendo como si de una procesión de Sevilla se tratara subo junto a tres corredores más, por un momento creo que el que va detrás me quiere pasar y me doy la vuelta y veo que sube a cuatro patas, me parece una imagen patética y al mismo tiempo heroica y le animo a seguir dándolo todo.
Una vez arriba, como un poco, lleno las reservas de agua a tope y me dejo caer sabiendo que va a ser tan duro bajar como subir, es la última bajada pero no se acaba nunca, corro, ando, troto, vuelvo a correr y vuelvo a andar, me pasan muchos corredores, pero ha llegado un momento que me da exactamente igual, creo que voy a conseguir llegar a la Meta y eso en este caso me es más que suficiente.
Al final, llego a Ordino, allí están esperándome con la pancarta, mi hijo Dani me coge de la mano y me estira para entrar en Meta, ya se lo sabe de tantas veces que lo hemos hecho juntos.
Esta vez puedo decir honestamente que acabo esta carrera por ellos, ¿quien me manda a mí meterme en estos fregados y encima liar a los demás para que me animen así?

Así y todo pienso que es una posición más que digna después de no ser mi día y haber quedado el 108º de la General  y 44º de Veteranos con 268 finishers de los 486 que partieron de Ordino.

Ahora han pasado 24 horas y me doy cuenta que tengo alguna enfermedad seria a estudiar, he sufrido como nunca, pero solo se me pasa por la cabeza que tengo que volver a Andorra el año que viene y lo peor de todo, es que encima, creo que está aquí esa gran carrera que busco como objetivo techo en ese proyecto loco y ambicioso que le llamo 251Motivos que me he metido en la cabeza.

Quien sabe, habrá que meditar seriamente….

Gracias Cati, Dani, Jess, Axel, Clara, Eric


Y gracias a todos los que me animáis a todos a hacer estas locuras, retos, sueños o como cada uno le guste llamarles. 

3 comentarios:

  1. Enhorabuena Javi!
    Decirte que como voluntario del avituallamiento de Coll d'Arenes, te estaremos esperando para animarte y a la vez admirarte por tu "valor" este próximo año y los siguientes.
    Todo el mundo busca motivaciones para avanzar y tenerlas siempre es bueno.
    Nos vemos en la Celestrai 2017.

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    1. Muchisimas gracias Josep Maria!
      Nos veremos entonces pero no en la Celestrail, ya tengo apuntada en mi agenda La Ronda dels Cims 2017.
      Vamos a por ello.

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    2. Es un gran trabajo el que hacéis todos los voluntarios y desde aquí os lo agradezco enormemente.
      Un abrazo.

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